Contratación Santander ♥

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viernes, 20 de agosto de 2010

Julián Figueroa

Capellán de la E. Normal del Guadalupe por varios años; con la ayuda de “Comide”, de los salesianos del Japón y de la Casa Provincial de Bogotá construyó el puente de ferro concreto  en el río Suárez; gran devoto de María Auxiliadora y del Niño Jesús, en su honor erigió ermitas y  capillas.

EL PUENTE JULIÁN FIGUEROA


Después de colgar varios lustros sobre el río Suárez, en “Mamaruca”, a lomo de mula, varias leguas, el puente fue traído y colocado en el mismo caudaloso río, para sustituir la fatídica, medrosa, “cabuya” en el sitio denominado “EL CURO”, en el camino entre Contratación y Guadalupe.

Al inaugurarlo, el 15 de Enero de 1943, lo bautizaron con el nombre de CARLOS GOMEZ PLATA,  eminente facultativo, a la sazón, Jefe de la Sección de Lepra del Ministerio de Trabajo, Higiene y Previsión Social, egregio médico quien logró que el Gobierno Nacional, lo destinara para suplir el horrorífico cruce del río por la “Cabuya”, verdadero e inimaginable suplicio superior al de Tántalo…!

El montaje del puente, estuvo dirigido por el tolimense “maestro Cruz”.

A partir del frente de la Casa de don Juan María Rueda, la comunidad contrateña, con muchos sacrificios, “sudor y lágrimas”, la temeridad de don Juanito Pinto, un viejo Bulldozer, la dirección de Eliécer Téllez Garzón y un puñado de gen progresista, construyó la vía carreteable a Villa Apacible que la conectó con Guadalupe en 1965-1966.

Sin embargo, la estrechez del nombrado puente, sólo permitía el tránsito de vehículos pequeños.

20 años después, por las circunstancias anotadas y anhelo de adelanto para la región, el magnánimo Sacerdote JULIAN FIGUEROA, se fijó una meta : construir un puente nuevo.

En seguimiento de la benefactora idea, trajinó caminos ásperos, tocó en todas la puertas, soportó con paciencia embozados enemigos de la obra en mente… De pronto, su filantrópico sueño echa frutos, después de 8 años de intensa brega incansable… Despertó para exclamar ¡ Eureka ¡. Entidades de Bélgica y Alemania, dan el auxilio impetrado, pero, el dinero llega a Santa Fe de Bogotá y queda en “cuarentena”.

Sigue la lucha silenciosa y porfiado, solitario. Desafía ceños fruncidos, mas, el 4 de Febrero de 1995, con bombos y platillos, estrenan la portentosa obra jubilosamente aplaudida por los innúmeros concurrentes, merecedora de encomio y admiración, construida bajo la dirección del Ingeniero ANTONIO FRANCO ESPINEL, a quien es justo expresarle : ¡ Mil gracias ¡

Se proyectó levantar un busto de bronce, como reconocimiento de honor del insigne Sacerdote, empero, fue mero proyecto quizá para mejor, porque los bustos o estatuas, colocados a la pampa, la pátina del tiempo y la lluvia ácida, los deteriora o deforma… En cambio, la comunidad regional, llevará en el corazón para siempre, la intangible efigie del ilustre benefactor, Curita Figueroa…!

Como salario por el carácter integro del somoteño, pese a los reclamos de la población formulados al Director de la Comunidad Salesiana, a manera de exilio, lo trasladó a la llanura oriental, donde enfermó quizá de nostalgia y, traído a Santa Fe de Bogotá a consulta médica, falleció el 14 de Agosto de 1995, a los 6 meses 10 días de la inauguración de su magna faena progresista.

Curita bueno: duerma en el seol mientras se cumple la segunda venida del Señor, que le dará el glorioso premio merecido…! ¡AMEN!

Ahora, el puente Julián Figueroa, como debe llamarse, reclama a grito herido, que se amplíe y arregle la carretera, porque así será digna de él.

¿Acaso para ello, aparecerá alguien de la idiosincrasia y fervor del generoso levita? Ojalá, así sea…!

El viejo puente colgante al lado el flamante, se observa mustio y triste, que ojalá no lo abandonen, que le practiquen el debido mantenimiento porque él constituye una joya histórica, acervo de cuitas, lloros, lágrimas, despedidas, adióses, abrazos últimos, ostracismo e incluso muertes.

Tomado de la Croniquilla de Contratación.

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